No te pido el cielo, pero hazme llegar a él.
18
jul.
2018
Mi lengua traviesa descendía por tu pecho, iba así humedeciendolo, mientras tu cuerpo se estremecia de placer.
Poco a poco me acercaba a tus geniales, el suave gemido, se pronunció en tu boca.
Un leve llanto de pasión, se mezclo con el sudor que desprendía tu cuerpo.
Tu y yo nos amamos por primera vez.
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